VALORES Y ACTITUDES
Para obtener nuestra realización y apoyar la de los demás se presenta una síntesis de aquellos valores y actitudes que mayor incidencia tienen en la construcción permanente de la convivencia.
VALORES
TOLERANCIA: Pensar libremente y expresar sus ideas de palabra y por escrito. La tolerancia es en primera instancia, el respeto y el reconocimiento de este derecho fundamental. La tolerancia empieza en la persona y termina en el respeto de sus ideas, sus creencia y su comportamiento. En la tolerancia descansa la convivencia humana.
EL SERVICIO A LOS DEMÁS: La forma del servicio a los demás cubre todos los aspectos de la vida.
EL RESPETO A SÍ MISMO Y A LOS DEMÁS: Todo ser humano está obligado a respetar, no solamente la vida, sino también la integridad física de las personas.
RESPETO A LOS BIENES PROPIOS Y AJENOS: La necesidd a la convivencia impone el respeto a la propiedad personal, familiar y social. Quien posee valores, respeta celosamente la propiedad ajena, no por temor a la ley si no por imperativo categórico de sus propios valores.
JUSTICIA: Consiste en dar a cada uno de lo que le pertenece, lo que le corresponde según su trabajo, y de acuerdo con sus necesidades.
ACTITUDES
COMUNICARME: La convivencia humana requiere que nos comuniquemos permanentemente, porque a través de la comunicación aprendemos a expresarnos, a comprendernos y comprometernos.
INTERACTUAR: Todos somos extraños hasta que nos atrevemos a interactuar, así aprenderemos a ponernos de acuerdo, y a disentir sin romper la convivencia.
DECIDIR EN GRUPO: Convivir supone sobrevivir y proyectarse, estos propósitos fundamentales no son posibles sino concertamos con otros los intereses. El grado de convivencia de una sociedad depende de su capacidad de concertar intereses en lo familiar, gremial, regional, nacional e internacional.
CUIDAR EL ENTORNO: Convivir socialmente es ante todo, estar en el mundo y cuidar el lugar que habitamos todos.
VALORAR EL SABER CULTURAL Y ACADÉMICO: Este saber es importante a la convivencia humana, porque es ahí, dentro la cultura y el saber académico, donde nos corresponde vivir, modelarnos y evolucionar.